Capital de Riesgo en Chile: Crecimiento y Oportunidades

El capital de riesgo en Chile es relativamente nuevo, pero ha crecido exponencialmente en los últimos 15 años. La estabilidad económica y política, la facilidad para incorporar negocios, la significativa penetración de internet y smartphones, una de las redes más extensas de tratados de libre comercio y acuerdos de doble imposición, el apoyo gubernamental a startups y un ecosistema de capital de riesgo cada vez más sofisticado han colocado al mercado emprendedor chileno en una posición prominente dentro de América Latina y el mundo en desarrollo.

Este artículo describe brevemente la industria del capital de riesgo en Chile, ilustrando las principales características que los inversionistas deben conocer antes de ingresar al mercado.

Las Primeras Etapas

El emprendimiento en Chile se remonta a 1989, cuando se permitió la creación de fondos públicos a través de una nueva regulación. En 1997, la Agencia de Desarrollo Económico de Chile (CORFO), el organismo gubernamental encargado de promover el desarrollo económico del país, lanzó un programa de líneas de crédito a largo plazo destinado a dichos fondos públicos. Inicialmente, estos préstamos no estaban necesariamente destinados a proyectos de innovación, sino a empresas consolidadas, y las redes emprendedoras eran limitadas.

Sin embargo, a lo largo de los años, la industria se desarrolló. La experiencia internacional demostró que invertir en capital de riesgo podía generar retornos superiores a las inversiones promedio. Los inversionistas comenzaron a identificar esta oportunidad, lo que, sumado a un marco institucional confiable y un creciente espíritu de innovación, llevó a la industria a alcanzar un tamaño de 409.9 millones de dólares para 2010.

Desde ese punto, se promulgó una nueva regulación de fondos que promovía la inversión y generaba más incentivos. En 2007, se creó un nuevo tipo de forma corporativa (Sociedades por Acciones) para fomentar el emprendimiento. CORFO lanzó “Start-Up Chile”, una aceleradora de semillas de clase mundial que proporciona inversión sin participación accionaria para startups globalmente calificadas. Además, se establecieron varios centros de innovación, principalmente en asociación con universidades, para financiar ideas de negocios emocionantes.

Un Ecosistema de Capital de Riesgo Madura

Hoy en día, la industria de capital de riesgo en Chile merece atención mundial. Si en 2010 todos los fondos de capital de riesgo estaban financiados a través de programas de CORFO, hoy en día el financiamiento privado ha cobrado mucha más importancia. Junto al objetivo inicial de CORFO de crear un ecosistema de crecimiento natural, muchos fondos privados han “graduado” y ahora invierten solo capital privado, con gestores de fondos que han alcanzado su tercer o cuarto fondo, no solo con un enfoque local, sino también regional y transregional.

Este éxito ha sido posible en gran medida gracias a la acción de los principales actores del capital de riesgo. Para mencionar algunos, los fundadores, firmas de capital de riesgo, inversionistas ángeles, aceleradoras, incubadoras y oficinas familiares han dado forma a las reglas, el “know-how” y los estándares del mercado necesarios para llevar estas ideas a convertirse en negocios exitosos.

Dado que Chile es un mercado pequeño y altamente competitivo, los emprendedores chilenos han aprendido que, para que una idea gane tracción, deben probar, pivotar y escalar rápidamente. Para hacer crecer un negocio, se ha vuelto clave conectar con las asociaciones estratégicas adecuadas, rastrear constantemente los indicadores de crecimiento y métricas clave (KPIs), desarrollar el producto, evaluar el mercado adecuado y reunir equipos de alto impacto. Además, las startups asociadas con firmas de capital de riesgo de alto prestigio, primero a nivel local y luego regional y global, aumentarán sus posibilidades de financiamiento. Por otro lado, la profesionalización de las startups ha llevado a los inversionistas a estar más dispuestos a asumir más riesgos, reconociendo también las inversiones de capital de riesgo como parte de su estrategia de inversión en activos alternativos.

Además, las firmas de capital de riesgo definen qué tipo de inversionistas desean atraer al ofrecer carteras diversificadas dentro de diferentes industrias y etapas de desarrollo. Estas firmas también han lanzado sus propias aceleradoras, incubadoras y redes de inversionistas ángeles, dándoles un sello único y una impronta especial.

¿Cómo y Cuándo Invertir?

En Chile, cualquier persona puede invertir en una startup. En general, las inversiones en startups chilenas, al igual que en otros lugares, tienen ciertos estándares dependiendo de su madurez (etapa temprana o etapa de crecimiento). Asimismo, los derechos de los inversionistas varían.

Las entradas para startups en etapas muy tempranas pueden ser tan pequeñas como 10,000 dólares. En estas primeras rondas (o series “familia y amigos”), las inversiones rara vez superan el millón de dólares, ya sea a través de capital o instrumentos convertibles.

A partir de ahí, se pueden realizar inversiones indirectas a través de plataformas expertas y fondos de capital de riesgo que seleccionan startups, lo que reduce el riesgo y permite tener una cartera más diversificada. Esta etapa se conoce como rondas pre-semilla o semilla, y se requieren entradas más grandes. Estas inversiones más altas pueden requerir la ejecución de un acuerdo de accionistas más desarrollado, asegurando los derechos preferentes de los inversionistas, así como SAFEs o notas convertibles.

Luego viene la “etapa de crecimiento”, donde las entradas pueden alcanzar entre 2.5 y 10 millones de dólares. Estas series requieren más respaldo e involucramiento de firmas de capital de riesgo, inversionistas de alto patrimonio y oficinas familiares.

Además, la profundidad de la debida diligencia depende de la etapa de avance de una empresa y del perfil del inversionista. Por ejemplo, la debida diligencia de un inversionista ángel o de una aceleradora puede consistir solo en un análisis del plan de negocio de la empresa, mientras que una firma de capital de riesgo típicamente llevará a cabo una debida diligencia más exhaustiva.

Mercado Prevalente e Inversionistas

Siguiendo la tendencia latinoamericana, la industria Fintech ha sido el vertical que ha recaudado más capital en los últimos años en Chile. La baja tasa de bancarización, que coexiste con una alta penetración de aplicaciones móviles y uso de internet, ha beneficiado a modelos de negocio innovadores que utilizan tecnologías disruptivas con un gran potencial de escalabilidad.

Un caso emblemático de Fintech es nuestro cliente Fintual, que recaudó 39 millones de dólares de Sequoia Capital en 2021 para acelerar la expansión de la empresa en México. Fintual fue la primera startup chilena seleccionada por la aceleradora YCombinator y cuenta con inversiones de reconocidas firmas regionales como Kaszek Ventures y ALLVP.

Además, otros casos notables fuera del sector fintech son los unicornios Cornershop y Notco.

Cornershop, la primera startup de entrega de supermercado en América Latina, fue adquirida en 2021 por Uber en una operación por más de 3.1 mil millones de dólares, siendo la mayor salida en la región en un acuerdo también asesorado por DLA Piper. La adquisición posicionó a Uber como líder en la región, además de ser la única aplicación que ofrece tanto servicios de entrega como de transporte en América Latina.

NotCo, una empresa de foodtech que utiliza ingredientes vegetales para replicar varios sabores, texturas y comportamientos de cocción, ha recaudado una Serie A de 30 millones de dólares, una Serie C de 85 millones de dólares y una Serie D1 de 70 millones de dólares durante los últimos 5 años. En estas rondas de financiamiento, los tickets fueron adquiridos por inversionistas como Kaszek Ventures, Bezos Expeditions, Future Positive, el vehículo de inversión de Fred Blackford y Biz Stone, y L Catterton, una de las firmas de capital privado enfocadas en consumidores más grandes y globales.

Desafíos

A pesar de que las inversiones de capital de riesgo en Chile alcanzaron la cifra histórica de 1.025 millones de dólares en 2021, aún queda un largo camino por recorrer. Sin embargo, hay muchas razones para predecir un futuro brillante.

Chile ha acogido la inversión extranjera durante muchas décadas. El país ha promovido oportunidades de negocio dentro de su territorio, ofreciendo un marco institucional sólido y regímenes fiscales razonables, que han sobrevivido a desastres naturales y crisis políticas importantes. Así, para el capital de riesgo, solo hay espacio para crecer.

En octubre de 2022, se aprobó la Ley Fintech, lo que representa un paso significativo hacia la promoción de la innovación financiera y una mayor competencia en el sistema financiero, así como el desarrollo de nuevos productos y servicios financieros para los consumidores.

Además, la Comisión del Mercado Financiero de Chile ha dado recientemente luz verde a “ScaleX”, lanzado en cooperación con la Bolsa de Santiago y CORFO, lo que permite el acceso a los mercados de capital a menores costos para las empresas que de otro modo no cumplirían con los requisitos para cotizar.

Asimismo, el país está implementando un modelo público-privado, en el cual la inversión en capital de riesgo no depende completamente del gobierno, facilitando la entrada de nuevos actores en la industria del capital de riesgo, como oficinas familiares e inversionistas institucionales (fondos de pensiones o grandes fondos soberanos extranjeros).

Por último, la estabilidad económica y política durante décadas y su proyección global colocan a Chile como un lugar ideal para iniciar, probar y hacer crecer un negocio antes de expandirse a múltiples mercados para escalarlo.

Este nuevo escenario seguirá permitiendo un salto cualitativo adicional para convertir al país en uno de los principales centros de capital de riesgo de América Latina.

Conclusión

El crecimiento del capital de riesgo en Chile es notable y ha llevado a la creación de un ecosistema dinámico que apoya a los emprendedores e inversores. Con un entorno favorable para la inversión, un marco regulatorio en evolución y un aumento en la calidad de las startups, Chile se posiciona como un jugador clave en el capital de riesgo en América Latina. Las oportunidades son vastas y el futuro promete seguir siendo brillante para aquellos dispuestos a explorar y aprovechar este emocionante mercado.